Normalmente hablamos de dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos. ¿Qué es tiempo de calidad? Compartir tiempo con nuestros hijos.
¿Qué tiempo? Tiempo de aprendizaje de tareas del día a día, dedicación 100% a nuestros hijos y presencia.
Los niños son como esponjas, absorben la información rápidamente, por ello es fundamental hacer actividades del día a día conjuntamente, de esta manera ellos aprenden de la vida real desde su propia experiencia. Cuando se trata de compartir tiempo con los padres, hasta las tareas del hogar pueden ser un buen plan para los niños, y sobre todo para los pequeños, pues para ellos la prioridad está centrada en tiempo con los padres. Ejemplos para aprendizaje sería ir juntos al supermercado a comprar alimentos para luego cocinar juntos. También doblar ropa y ponerla en los armarios.
Por otra parte, dedicarles atención 100%. Hablar con ellos, escuchar lo que nos cuentan, jugar a algún juego con ellos, ver una película juntos, etc… Estar presente significa estar con todos los sentidos en la situación presente, no es estar pensando en otras cosas mientras mi hijo me está hablando..
Dar presencia es estar, estar en casa mientras nuestros hijos hacen sus quehaceres, deberes, estudian, juegan con sus hermanos. Para nuestros hijos saber que sus padres están en casa les da tranquilidad, confianza y para cualquier cosa pueden recurrir a ellos.
El tiempo es un factor clave que ayuda a construir relaciones y vínculos más fuertes.
Es fundamental dedicar tiempo de calidad como hemos descrito. No obstante, se habla que 30 minutos al día de tiempo de calidad es suficiente para compensar la falta de tiempo por parte de muchos padres que por circunstancias particulares no pueden estar más tiempo con sus hijos. En estos casos no basta solo tiempo de calidad, también es importante la cantidad. Aunque esta claro que si estás media hora de calidad es mejor que no estar en tiempo de calidad.
Lo positivo que podemos sacar de esta situación es poder dedicar a nuestros hijos tiempo de calidad y cantidad.