Estamos en una situación que podríamos describir de pura INCERTIDUMBRE y MIEDO, mucho MIEDO. En estos días de inicio de curso escolar, nos llegan comentarios de padres y madres con grandes dudas, preocupados, angustiados y asustados. Está claro que para todos es duro, pues esta crisis sanitaria lo que sobre todo genera es falta de control, y la necesidad de control es inherente en el ser humano. A las personas no gusta tener las situaciones controladas, con el fin de saber que va a pasar y no tener sobresaltos. Eso nos da seguridad y bienestar. Sin embargo, ahora es un momento de vivir lo opuesto al control tanto a nivel sanitario, escolar, personal, etc.
El modo de afrontarlo de cada padre o madre puede ser decisivo en ayudar los niños. Existen padres que no quieren llevar a sus hijos al colegio por miedo al contagio y sus consecuencias, otros creen que no llevar a los niños a clase y no tener contacto con sus compañeros y amigos empeora el estado emocional y escolar del menor. Otros que les llevan al colegio, pero advirtiendo hasta la saciedad al niño del peligro del Coronavirus e “inyectan” mucho miedo al menor. Existen otras derivadas y, por supuesto, muchos grados entre ellas. En cualquier caso, cada padre o madres reacciona como quiere o puede ante la situación, de forma sobreprotectora, autoritaria, permisiva, o quizás tratando de dar la máxima naturalidad.
Es muy positivo que como padres tratemos de ser prudentes, pero a la vez mantener la tranquilidad y trasmitir a nuestros hijos seguridad. Es bueno y necesario que los niños sepan lo importante que es cumplir las normas de seguridad sanitarias por ellos mismos y el bien común, pero no generar miedo. No nos olvidemos que son niños y nosotros sus referentes. Unos referentes, idealmente, preparados para saber llevar el timón del barco, en situación de tempestad o de buena mar. ¿Qué quiero decir? Ahora, en esta “tempestad sanitaria” es clave que vean en nosotros seguridad y que podamos normalizar la situación, a fin de que sientan que ir al colegio no tiene porqué ser un lugar peligroso y de contagio. Ellos necesitan sociabilizar, jugar y tener su rutina de trabajo, su NORMALIDAD.
Todo lo que nosotros, como padres o madres, podamos aportar, bienvenido sea.
¡Ánimo a todos!