¿Por qué a veces nos exigimos tanto? Las personas necesitamos sentir que controlamos nuestras vidas. Para ello, nos obligamos a hacer las cosas de la mejor forma, sin permitirnos equivocarnos o simplemente tener un mal día. De esta forma, creemos que lo tenemos todo bajo control y eso nos produce una falsa sensación de tranquilidad. ¿Por qué? Pues porque esa necesidad por hacer las cosas excesivamente bien finalmente produce nerviosismo y un desgaste personal bastante grande. De tal forma, que al final, ese exceso de necesidad de autocontrol acaba “controlando” nuestras vidas y convirtiéndonos a nosotros mismos en esclavos de la autoexigencia.
Para evitar este malestar generado por la autoexigencia es muy importante tener una gran introspección y conocernos bien. Por norma general, la autoexigencia y autoestima van de la mano. Las personas con un autoconcepto pobre son vulnerables a la crítica y analizan cada gesto, acto o pensamiento que hacen y lo comparan con un prototipo ideal. Así pues, con el fin de evitar la crítica, se esfuerzan mucho en realizar sus tareas cotidianas con la mayor perfección y además, encuentran una forma de sentirse valorados..
La buena noticia es que existen técnicas súper efectivas para reducir la autoexigencia:
1. Primero de todo, es fundamental saber cuáles son los pensamientos automáticos (generalmente negativos) que se disparan en tu mente cuando vas a realizar una tarea o cuando ya la has hecho y no estás satisfecho.
2. Una vez cazado el pensamiento negativo busca pruebas o argumentos objetivos para comprobar si es real o de lo contrario es consecuencia de tu autoexigencia.
3. Formúlate estas preguntas: ¿te qué me sirve autocriticarme?, ¿me hace sentir bien?, ¿me da fuerza para hacer las cosas mejor?
4. Sé más tolerante contigo mismo, mímate y busca otro pensamiento alternativo más constructivo y positivo del tipo: “hoy quizás no me ha salido tan bien, mañana saldrá mejor”
Por último, me encantaría que introdujeras en tu vida una nueva afirmación:
“Disfruta de lo que quieres hacer y no tanto de lo que debes hacer”