¿Cuál puede ser uno de nuestros peores enemigos?
Nosotros mismos. Con pensamientos tóxicos podemos hacer de nuestra vida nuestro infierno particular.
Los pensamientos son los generadores de emociones. Si nosotros pensamos cosas negativas de nosotros como resultado nos sentiremos mal.
Ejemplos de pensamientos tóxicos: “No soy suficiente”, “ella es mejor que yo”, “seguro que le ascienden a él porque creo que no les gusta como trabajo”, “siempre me pasa a mi lo peor”, “tengo tan mala suerte”…
Un pensamiento tóxico es un pensamiento que proviene de un juicio negativo, irreal e imaginado sobre una situación o sobre mi mismo. Es un juicio que no está basado en hechos objetivos, sino en una percepción magnificada negativamente hacia mi o hacia la situación que estoy viviendo o que otros están viviendo.
Esta percepción sesgada de la realidad, en el momento que la valoramos negativamente nos provoca pensamientos tóxicos con lo cual emociones dañinas.
Una de las causas que me provoca pensamientos tóxicos es mi falta de autoestima, si yo no me doy el valor que me corresponde, en muchas ocasiones el juicio que haga sobre mí será negativo.
De igual manera, si yo critico, juzgo, soy intolerante conmigo y con mi entorno, y culpo en exceso a los demás también estos pensamientos y palabras tóxicos me generarán emociones negativas.
Por ello es muy importante detectar como pienso. Una vez detectado buscar la causa y una vez que haya encontrado la causa, podrás definir la solución y entrenar este pensamiento de manera que sea ecológico para ti.
Para ello te recomendamos que hagas el siguiente ejercicio. Puedes llevar una libreta contigo y apuntar todos estos pensamientos que tienes al día que piensas que te hacen daño. Una vez hayas apuntado los pensamientos define si provienen de una situación objetiva o es una interpretación personal tuya.
Este ejercicio ayudará a que tomes consciencia. A veces, tan sólo haciendo este ejercicio puedes encontrar grandes soluciones.